Cañas de grafito y números de línea

Por Bronislao Mech.

     Es el relato de un hecho ocurrido el día 21 de octubre de 2000.

     Un alumno, que había completado el curso de lanzamiento para iniciados, de cuatro clases, incorporando con sorprendente maestría todos los movimientos, me llamó para pedirme un turno adicional.

     A través de la voz, que el teléfono dejaba oír, percibo su preocupación y desconcierto: -Compré una caña #1 y no puedo lanzar bien, a lo mejor es por culpa de un viento persistente-.

     Quedate tranquilo, fue la respuesta. Combinemos un horario y lo vemos.

     El día elegido fue el sábado a la tarde; debíamos encontrarnos en una bellísima marina, ubicada en las costas de San Isidro. Estar cerca del agua, entre veleros y embarcaciones lujosas, es un privilegio que disfruto con placer, tiene la mágica virtud de recrear mi mente, con fantasías de viajes de aventura, que incluyen amores secretos y sometido al hechizo de piel y aromas.

     ¡Stop!, cable a tierra, ¡shhhhhh...!. Sigamos con el argumento elegido para la nota.

     Con el sol de primavera a pleno y una brisa leve, que no llegaba a la categoría de viento, el clima se presentaba benigno para la práctica.

     Después del abrazo y una pequeña charla informal sobre temas comunes del quehacer diario, me muestra con orgullo su equipo recién adquirido, siendo la caña una especie de joyita elaborada con paciencia, por algún artesano, en una empresa con marca de reconocimiento mundial. Los dos observábamos, con admiración de niño, todos los detalles y delicadeza del conjunto.

     ¿Que te pasó con el lanzamiento?, atiné a esbozar mientras acariciaba el reel, -Simplemente, no siento el peso de la línea, por lo tanto, no puedo doblar / cargar la caña-, fue la respuesta, con una preocupación manifiesta que se notaba en la expresión de la cara.

     Le pido que realice algunos lances y cuando lo hace, observo con horror, que trataba de impulsar la línea con golpes de muñeca, exactamente todo lo contrario al trabajo realizado anteriormente y que tan bien había incorporado.

     Tomo con mi mano la de él, para acompañar el movimiento, notando cómo, no obstante, costaba mucho mejorar el lance. La tensión y rigidez del alumno era manifiesta e imposible que realizara cambios o lograra algún progreso significativo.

     Le pido la caña para realizar personalmente los lanzamientos y ahora sí, no sin cierta dificultad, logro desarrollar la línea con armonía, alcanzando distancias cortas, medias y también, precisión.

     El alumno sonríe y con resignación dice: -¿Cuánto me falta todavía...?-.

     Siempre falta algo, le respondo, pero quiero informarte que la regresión experimentada, es únicamente atribuible al equipo #1. Es totalmente ilógico que tengas que tener 16 años de adiestramiento o más, como es mi caso, para poder lanzar con pericia un equipo totalmente desequilibrado.

     -¿Cómo?-. Exactamente como lo oíste, para lograr los lances que a vos te parecieron buenos, tuve que apelar al límite de mis posibilidades, acelerando el conjunto al máximo y un dato importante, aún con toda la experiencia acumulada, apenas si percibí el peso de la línea.

     -Es lo que a mí me pasa, la caña parece un palo-, dice, como recuperando la autoestima y con un destello de satisfacción en los ojos.

     El problema está en el conjunto, el fabricante marcó la caña para línea #1, pero en este caso y en la práctica, esto es dudoso, tengo la certeza que si le agregamos un número mayor o dos de línea, el comportamiento de la caña puede variar sustancialmente.

     Pido permiso para dejarlo un rato solo y voy hasta el bolso de trabajo. Entre el material de tippets, lanas, lideres y otras chucherías de pesca que llevo para las clases, saco un reel con línea tres que había preparado para la ocasión. Intuición masculina, creo, :o))).

     Producido el cambio de línea, lo invito a que lance. -¡Carajo, ahora es otra cosa!, la caña se carga / dobla, siento la línea, tiro como y adonde quiero. ¿Podrías explicarme un poco más?.

     Con todo gusto, pero antes, sigamos con la clase, practicando y corrigiendo con ambas líneas, para descubrir como conviene adaptar tu lance en cada circunstancia.

     Cuando el sol, que iluminó la tarde, desapareció de la vista, dejando solamente su tenue resplandor, fue el momento elegido para enfundar la caña e ir al bar.

     Transitamos sin prisa, el sendero sinuoso que bordeaba el agua y que otros caminantes habían formado, hasta llegar a la mesa elegida. Desde ese lugar podíamos observar, matizando con la charla, los enigmáticos cambios de tonos del paisaje y sentir la suave fragancia del ocaso.

     Creo que las cañas de grafito tienen una rigidez extra, fue lo primero que alcancé a decir, mientras arrimaba la taza de café a mi boca. Para comprender porqué a veces una línea de mayor número funciona mejor en una caña determinada, podes releerte la nota que escribí hace poco y que tenés en la carpeta teórica entregada al principio, haciendo referencia al peso óptimo en el Backast.

     Generalmente, el lanzador avezado, regula la cantidad de línea que tiene en el aire, hasta que "siente" como se carga / curva la caña. Hacerlo con una línea de número superior, le resulta mucho más fácil, porque obtiene la masa ideal -cantidad de línea en el aire- con menor longitud.

     Obvio, esto es posible porque las cañas modernas aceptan el cambio y los pescadores / lanzadores quieren evolucionar probando por sí mismos. ¿No resulta curioso que el fabricante de la Teeny 200, la recomiende para cañas #5 a 9?.

     No creo para nada que el empresario mienta, simplemente, hay una estandarización ambigua entre las cañas, que no siempre respeta el equilibrio para una línea, incluso con las de "cierta calidad". Por eso, entre una misma serie de cañas de una misma marca, excelentes y carísimas, algunas se destacan sobre las otras por su balance. El caso típico está dado por la opinión del mismo importador o comerciante cuando dice: ."De toda la serie, la mejor es la #5". O sea, no todas tienen el mismo equilibrio caña / línea.

     Por ejemplo, tengo una caña #3 que uso con una línea del mismo número y no se me ocurriría cambiarla. Sin embargo, tengo una #5 que funciona mejor con una línea 6. Depende. Aclarando un poco más la idea; descubrir la regulación que el pescador / lanzador puede realizar con su línea, amplía las posibilidades de comprensión sobre las variaciones en un lanzamiento.

     A propósito del tema, recuerdo varios mensajes que fueron guardados en la PC y que refleja la experiencia de algunos mosqueros:

     Estoy totalmente de acuerdo con la opinión de todos ellos. Desoyendo de manera obstinada a la mayoría de los referentes que mencionaban al carácter científico y exacto de los fabricantes, recalcando que invertían ingentes sumas de dinero dedicados a la investigación, etc. -contradecir esta premisa era considerarse un idiota- decidí probar distintas líneas para un determinado tipo de caña.

     Los experimentos fueron practicados entre cañas y líneas que oscilaban entre Nº 3-4-5-6 y 7. El resultado obtenido confirma la aseveración de los cuatro mosqueros mencionados y comprueba lo siguiente: Casi cualquier caña de grafito funciona mejor con un número mayor de línea; Incluso lo corroboré con varios colegas especializados, quienes sin saberlo -para obtener una opinión, lo más objetiva posible- y después de diversos lances, reconocieron al conjunto que en principio aparecía "desbalanceado", como óptimo.

     La energía mayor o menor que se desarrolla en un lanzamiento está compuesta por la combinación de masa (peso de la línea) y velocidad variable (impulso del lanzador).

     Redondeando la cuestión y para finalizar, quiero mencionarte que algunos mosqueros somos muy curiosos e inquietos acerca de adquirir conocimientos.

     Respecto al lanzamiento, a simple vista parece un movimiento demasiado simple, sin embargo y en la práctica, presenta un sinnúmero de dificultades que es necesario superar para ser considerado un buen lanzador.

     Algunos de los que estamos hace bastante tiempo en esto, queremos descubrir variantes que ayudan a perfeccionar la experiencia adquirida o tal vez nos guste jugar con las distintas posibilidades que brinda la tecnología moderna de cañas, reeles y líneas.

     En el caso concreto de tus dudas, puedo decirte que a medida que maniobramos con una cantidad menor de línea en el aire, lógicamente, siempre dentro de ciertos límites y cargando la caña con el peso óptimo, estamos en condiciones de "controlar" la línea con mayor facilidad.

Ejemplos:

     Como verás, son solamente probabilidades adicionales. Está en cada uno de los pescadores la elección de preferencia. Como dijera un sabio: "Sobre gustos no hay nada escrito". Eso sí, elegir con el máximo conocimiento adquirido es preferible a elegir con ignorancia. Es una opinión personal.

     Ahora que hemos descubierto -para algunos pequeñas sutilezas- se presentan situaciones nuevas difíciles de resolver: Vos estabas entusiasmado en tener una caña # 1 y no lo es, ¿Quién tendrá en cuenta tu reclamo? Es una incógnita que queda flotando.

     Un lanzador con experiencia puede tirar con una misma caña, aún con dificultad, diversos rangos de líneas. Es posible que muchos de los "expertos" tengan dudas en expedirse, a veces por seguir la dirección de la corriente o para no contrariar a marcas de prestigio, que con gran respaldo técnico-económico los apoyan, y por supuesto, también por la falta de claridad en el desarrollo teórico de la mecánica del lanzamiento.

     En fin, estoy seguro que la verdad auténtica existe, descubrirla requiere un gran esfuerzo y puede venir acompañada de disgustos, sin embargo, vale la pena el intento, al menos para mí.

     Observo el rostro del discípulo, con dudas sobre el futuro de su caña y lo invito a beber el último sorbo del tercer café, ya tibio. -Tenés que meditarlo con calma- le dije. Se levantó para despedirse, abrazándome con una sonrisa de resignación y nos fuimos caminando hacia nuestros autos, entre los farolitos encendidos iluminando el paso por la galería y envueltos en un horizonte ennegrecido por la noche.