La pasión por la Pesca.

Texto: Pescadores con mosca de General Roca (Río Negro).

Setiembre de 1997.

(Gentileza del Dr. Alberto J. Cortes)

        Desde todos los tiempos la pesca deportiva ha sido una pasión, descripta en los tiempos modernos por el inglés Izaak Walton en su Tratado "El perfecto pescador de Caña o el Recreo del Hombre Contemplativo" publicado en 1653, y en nuestros días por el gran Hernest Hemingway. Son muchos los artistas como el músico Schubert (quinteto la Trucha) y cineastas como Robert Redford, que ha tratado de desentrañar este sentimiento, una extraña amistad, casi una fraternidad con el pez, en una acción que nos afirma, que nos hace crecer a nosotros mismos en contacto con la naturaleza. Es algo que se ama íntimamente ligado a un ritual que es salir a pescar.

        Menos románticamente, los pescadores deportivos, en los últimos veinte años, hemos visto cómo se nos han ido recortando las posibilidades de pescar en los ríos cordilleranos, en especial de la provincia de Neuquén, donde los estancieros prácticamente se han apoderado de los ríos que atraviesan sus campos. Hemos sufrido vejaciones; vasta mencionar que en algunas ocasiones nos han desinflado todas las gomas del vehículo mientras estábamos pescando, o que en este último tiempo, nos saquen de esos campos a punta de armas de fuego por no haber pagado peaje.

        Además, hemos visto la reducción de los accesos de pesca, con el agravante de que algunos de ellos, que se suponen especialemente hechos para facilitar el acceso a personas mayores, nos obligan a saltar alambrados y caminar kilómetros bajo el sol con los waders puestos. En ciertas ocasiones, simplemente nos ahuyentan con los perros que merodean por los alrededores. Se suma a esto la nueva modalidad adoptada por la delincuencia local de desvalijar nuestros vehículos mientras estamos ausentes pescando.

        Sin duda la pesca es hoy un recurso turístico de mucho valor, en el que la provincia de Neuquén gasta importantes recursos del patrimonio provincial, o sea de todos los neuquinos, para su cuidaddo y manutención. El problema es a quién se vuelca el patrimonio de esos recursos: ¿a unos pocos estancieros, que alojan extranjeros o cobran peaje, o a la comunidad?. De todos modos es cierto que la capacidad de presión sobre los funcionarios que tienen los estancieros, a pesar que son muy pocos, no la tenemos los comunes de los mortales, comerciantes, hoteleros, dueños de restaurantes, casas de artículos de pesca, supermercados, etc., y los pescadores. Hay gente de todo el país que no quiere volver a Junín de los Andes por esta persecución. Vienen desde lejos y gastan sumas importantes para disfrutar de la pesca y la naturaleza y no para sentirse perseguidos o estafados por alguien que cobra por lo que no le pertenece. En comparación con años anteriores, fue muy marcada la disminución de pescadores en Junín de los Andes en noviembre de 1996.

        Respecto a que hay pescadores que depredan, sí los hay; como hay funcionarios corruptos, y como hay estancieros corruptos que cobran por lo que no es de ellos e inclusive lo hacen en negro. Para evitar o disminuír la depredación es importante la concientización desde niños, en especial dirigida a los pobladores locales.

        Los verdaderos depredadores son los furtivos, que pescan con tramallos, redes, líneas de fondo, hasta con explosivos e inclusive lo hacen en época de veda, para estos ya la educación no es efectiva, será el cuerpo de Guardafaunas y la Policía Provincial los que controlen y tendrían que disponer de una legislación más efectiva que no sólo le confisque los peces o equipos que son de poco valor, sino algo más contundente como retenerles los vehículos hasta que abonen multas compensatorias, que estén en relación con la magtnitud del daño producido.

        Las fuerzas vivas de Junín de los Andes y los comercios especializados de la región, en defensa de sus legítimos derechos e intereses y de las fuentes laborales de la comunidad, tienen que elevar este problema a la Justicia Federal y/o Provincial para definir definitivamente esta discusión con los estancieros. Deben hacerlo también por el honor de pioneros como Don José Julian, o Alan Fraser, Zapico Antuña, y otros tanto a recordar.

        Se deben abrir accesos de pesca en todos los ríos Limay, Alumine, Collon Cura, Caleufu, Quillén, Chimehuín, Pulmari, el Malleo arriba, etc., estos deben tener condiciones tales como para que una persona mayor de edad, que toda su vida pesco, pueda llegar al río y de esa manera no se vea discriminada.

        Una posible solución, es que el día anterior en la oficina de Fauna, se registre el pescador o grupo de pescadores que va a pescar en tal acceso, previa presentación de Permiso de Pesca y Documento de Identidad, inclusive esto permitiría distribuir mejor la cantidad de pescadores en determinados lugares y sería para los Guardafaunas más fácil el control.

        Hoy el pescador deportivo representa más del 10% de la población, vemos con entusiasmo como año a año más aprenden las técnicas de pesca con la modalidad mosca. En toda la región se dictan cursos de técnica de pesca, atado de moscas, hasta de entomología, y surgen asociaciones en todo el país. Y estos pescadores son conservadores no solo de los peces, sino de la ecología, de la naturaleza y esto es un valor muy querido que queremos preservar para nuestras futuras generaciones. El lema hoy es "Pesque y devuelva", sin matar al pez. Los países que implementaron esta modalidad han recuperado y mantienen su fauna ictícola intacta para la pesca deportiva.

        Somos apasionados de la pesca deportiva, porque participamos de una antigua tradición, porque la naturaleza en nuestros ríos y montañas es hermosa, porque las truchas son los peces más bellos, acrobáticos e hidrodinámicos, porque pescarlas deportivamente es todo un desafío, porque para devolverlas al río vivas se precisa de una convicción moral, porque en los ríos cordilleranos podemos encontrar la soledad sin sentirnos solos y, sobre todo, porque en su ecosistema nos realizamos como amigos.

        Y nosotros los pescadores deportivos iremos a pescar donde nos encontremos más cómodos, no agredidos ni estafados, donde podamos realmente disfrutar y dar rienda suelta a esta pasión, que en definitiva es un acto de amor con la naturaleza.